Sin embargo, al cabo de varios días, lo que consideraba tiempo invertido, trabajado, dedicado, ocupado y desvivido se convirtió en mero tiempo libre. Y volví a desear esa sensación de respiro que no quería retomar, pues jamás supuse que la necesitaría. Descansé, y me cansé de descansar. Anduve, y me cansé de andar. Y así, un completo e infinito bis.
Mi vida iba avanzando en círculos, justamente al contrario que las agujas del reloj..
Echar a andar por el camino ("hasta quedarse sin pies", muy visual), ¡chica tarea!. Aparte del caminante-no-hay-camino machadiano, me acuerdo de otros caminos, los de Pablito Milanés:
ResponderEliminarLos caminos no se hicieron solos
cuando el hombre dejó de arrastrarse.
Los caminos fueron a encontrarse
cuando el hombre ya no estuvo solo.
Los caminos que encontramos hechos
son desechos de viejos vecinos.
No crucemos por esos caminos
porque sólo son caminos muertos.
Hay caminos que conducen
a una sola dirección;
ese camino lo escojo
como única solución.
Rompiendo montes, ciudades,
cambiando el curso a los ríos,
bajando hasta mi montaña,
subiendo el mar a los míos.
Haciendo un camino largo,
largo hasta ver el mañana,
toda esta tierra temprana
que se quiere levantar
mañana va a despertar
sin ver sus días amargos.
No crucemos por esos caminos,
porque sólo son caminos muertos.
Sin embargo, para canción redonda sobre los caminos de uno (los interiores, los exteriores, todos), la "Historia de las Sillas" de Silvio ( http://www.youtube.com/watch?v=a2fRztwILjM ). Para no perder ni un verso.