jueves, 19 de agosto de 2010

Brevedad es el alma de la agudeza

Me levanté un día y decidí caminar hasta quedarme sin pies. La vida no me recompensaba a mi gusto, y menos con aburridos e inútiles descansos. Salí sin deleitarme con un magnífico desayuno y emprendí la marcha a ninguna parte. Mis pies bailaban solos, locos por conocer el mundo que nunca antes habían pisado.
Sin embargo, al cabo de varios días, lo que consideraba tiempo invertido, trabajado, dedicado, ocupado y desvivido se convirtió en mero tiempo libre. Y volví a desear esa sensación de respiro que no quería retomar, pues jamás supuse que la necesitaría. Descansé, y me cansé de descansar. Anduve, y me cansé de andar. Y así, un completo e infinito bis.



Mi vida iba avanzando en círculos, justamente al contrario que las agujas del reloj..

1 comentario:

  1. Echar a andar por el camino ("hasta quedarse sin pies", muy visual), ¡chica tarea!. Aparte del caminante-no-hay-camino machadiano, me acuerdo de otros caminos, los de Pablito Milanés:

    Los caminos no se hicieron solos
    cuando el hombre dejó de arrastrarse.

    Los caminos fueron a encontrarse
    cuando el hombre ya no estuvo solo.

    Los caminos que encontramos hechos
    son desechos de viejos vecinos.

    No crucemos por esos caminos
    porque sólo son caminos muertos.

    Hay caminos que conducen
    a una sola dirección;
    ese camino lo escojo
    como única solución.

    Rompiendo montes, ciudades,
    cambiando el curso a los ríos,
    bajando hasta mi montaña,
    subiendo el mar a los míos.

    Haciendo un camino largo,
    largo hasta ver el mañana,
    toda esta tierra temprana
    que se quiere levantar
    mañana va a despertar
    sin ver sus días amargos.

    No crucemos por esos caminos,
    porque sólo son caminos muertos.


    Sin embargo, para canción redonda sobre los caminos de uno (los interiores, los exteriores, todos), la "Historia de las Sillas" de Silvio ( http://www.youtube.com/watch?v=a2fRztwILjM ). Para no perder ni un verso.

    ResponderEliminar